Hace más de un año, un grupo de investigadores del Instituto Wake Forest para Medicina Regenerativa trabaja en el tratamiento y regeneración de tejidos dañados mediante células terapéuticas que podrían constituir una alternativa al trasplante de riñón.
La tesis sobre la que se fundamenta este estudio es que las células madre derivadas del líquido amniótico pueden ayudar a recuperar la función de los órganos en un modelo preclínico de enfermedad renal, cuya única cura pasa por el trasplante.
Sin embargo, el rechazo al órgano del donante, unido a la inmunosupresión de por vida y a la ausencia de suficientes donantes para satisfacer la demanda constituyen importantes hándicaps en este sentido. El estudio ha mostrado que estas células primigenias inyectadas en un riñón enfermo mejoran la función renal después de varias semanas.
1. ¿Qué es la insuficiencia renal?
La insuficiencia renal es una enfermedad que afecta a los riñones, órganos encargados de eliminar los desechos del cuerpo, el exceso de líquido, los ácidos producidos por las células del cuerpo y mantener un equilibrio de sales, minerales y agua en la sangre. Esta afección provoca que los riñones dejen de funcionar y, por ende, dejan de eliminar los desechos del cuerpo, por lo que se necesita un tratamiento de diálisis para limpiar la sangre al hacerla pasar por una membrana o filtro, o bien, un trasplante de riñón.
2. Síntomas
Los riñones saludables limpian la sangre y producen hormonas para mantener sana a la sangre y a los huesos; pero, cuando están lesionados y no funcionan correctamente, se acumulan desechos peligrosos en el organismo, el cuerpo retiene el exceso de líquidos, no se producen los suficientes glóbulos rojos y se puede elevar la presión arterial.
En general, los síntomas de la insuficiencia renal comienzan tan lentamente que el paciente no los nota de inmediato, o los confunde con otros padecimientos. A medida que la función de los riñones disminuye, se presentan síntomas como:
Las células madre incentivan el flujo sanguíneo para incrementar los niveles de oxígeno y disminuir los procesos inflamatorios en las lesiones renales con lo que mejoran significativamente la función de los riñones. Estas células tienen la capacidad de reparar lesiones renales agudas gracias a que el riñón tiene potencial de regeneración, mientras que ayuda a la autorregulación en lesiones renales crónicas.
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