Las neuronas se comunican entre sí por medio de señales eléctricas. Estas señales son conocidas como potenciales de acción y viajan a través de fibras largas llamadas axones, las cuales están cubiertas de una sustancia aislante conocida como mielina. Cuando se pierde la mielina, los axones ya no pueden emitir señales de comunicación de manera eficaz.
Sus síntomas pueden presentarse rápidamente en ataques discretos (recurrente) o se acumulan con el paso del tiempo (progresiva). Los síntomas pueden desaparecer parcial o completamente entre cada ataque, pero es muy probable que se produzcan problemas neurológicos permanentes, en especial mientras progresa la enfermedad.
Los casos más comunes de Esclerosis Múltiple son la Primaria Progresiva y la Progresiva Recurrente. Cada paciente puede pasar por cada etapa de forma diferente, pero todos tienen en común una degeneración neurológica.
Terapia celular en la Esclerosis Múltiple.
La intención principal de la terapia celular para tratar Esclerosis Múltiple es reparar la cubierta de mielina para la conducción adecuada de impulsos electroquímicos, la cual ayuda a mejorar la conexión entre las células del sistema nervioso. Las metas principales de la terapia celular para tratar Esclerosis Múltiple son:
Aplicación de células madre
Lo que mejor se recomienda es realizar el procedimiento más seguro posible. En Foster’s RegenCell utilizamos principalmente células madre autólogas para tratar casos de Esclerosis Múltiple, y se obtienen mejores resultados aplicando las células madre de manera intravenosa e intratecal. La forma más segura de realizar una punción intratecal (inyección lumbar) es con células madre autólogas de médula ósea, ya que de esta forma se evita la posibilidad de rechazo, una reacción adversa o la transmisión de enfermedades.
Estamos completamente abiertos a posiblemente utilizar células madre alogénicas, pero solo de manera intravenosa, ya que existe un riesgo adicional si se realiza una punción intratecal con ellas. Creemos firmemente que las células madre pueden regenerar las áreas dañadas del sistema neurológico, pero las células deben tener contacto directo (o muy cercano) al tejido dañado. Por lo que sabemos, la mejor y más beneficiosa opción son las células madre autólogas de médula ósea en fresco, con una viabilidad muy alta (vivas, activas, y no procesadas o congeladas con anterioridad). Las células madre alogénicas pueden usarse en casos donde las células madre autólogas de médula ósea sean limitadas o difíciles de obtener.
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